¿Qué es la dermatología clínica y para qué sirve?
¿Qué afecciones puede tratar la dermatología clínica?
La salud de nuestra piel tiene una especial capacidad para repercutir positiva o negativamente en nuestro bienestar psicológico y emocional. Esto es así porque, para lo bueno y para lo malo, la piel es el órgano más extenso y visible del ser humano. Es nuestra carta de presentación al mundo. Sabemos que diversas enfermedades dermatológicas primarias como el acné, las cicatrices de acné, la rosácea, el melasma, la dermatitis seborreica, la dermatitis atópica o la psoriasis pueden afectar de manera muy significativa la calidad de vida de quienes las padecen y por ello es fundamental diagnosticarlas y tratarlas eficazmente.
Importancia de acudir a un dermatólogo clínico
Además, la dermatología va mucho más allá. Son muchas las enfermedades orgánicas internas que se manifiestan por primera vez a través de la piel, y gracias a estos signos cutáneos es posible diagnosticarlas de forma precoz.
La piel puede verse afectada por infecciones causadas por bacterias, virus, hongos y otros microorganismos que producen alteraciones fácilmente curables con un tratamiento adecuado. La dermatología es una ciencia integral que comprende el estudio y el cuidado de la mucosa oral, la mucosa genital (enfermedades de transmisión sexual), nuestro cabello (problemas capilares, alopecia) y nuestras uñas (trastornos ungueales). Finalmente, la piel es protagonista del tumor más frecuente del ser humano, el cáncer de piel, cuya potencial curación depende en gran medida de una detección precoz y de un adecuado seguimiento por el Dermatólogo.
¿Qué comprende la dermatología clínica?
Pero la dermatología, aún va mucho más allá. La piel puede verse afectada por infecciones causadas por bacterias, virus, hongos y otros microorganismos que producen alteraciones fácilmente curables con un tratamiento adecuado. Incluye además el estudio y el cuidado de la mucosa oral, la mucosa genital (enfermedades de transmisión sexual), de nuestro cabello (problemas capilares, alopecia) y de nuestras uñas (trastornos ungueales). Además, la piel es protagonista del tumor más frecuente del ser humano, el cáncer de piel.