PIEL Y MATERNIDAD

Dos corazones latiendo bajo una misma piel

El embarazo es una de las etapas más sorprendentes y especiales en la vida de una mujer. Cuerpo, mente y alma están en continuo cambio, preparándose para gestar y dar luz a una nueva vida. Un momento único en el que dos corazones laten fuertes bajo una misma piel

En el mismo momento de la concepción, se inicia un periodo conocido como la ventana de los 1000 días que se extiende hasta los dos primeros años de vida de nuestro bebé. Científicamente sabemos que es una de las etapas biológicas más importantes y con mayor plasticidad de la vida, pues ocurren una serie de cambios físicos, mentales y emocionales que dirigidos con unos hábitos de vida saludables son capaces de influir muy positivamente en la salud futura tanto de la madre como del bebé. En esta revolución, la piel es uno de los órganos que más cambia y se modifica

A estos 1000 días, personalmente me gusta llamarlos la “ventana de la oportunidad” porque nos brindan una oportunidad excelente no sólo para proteger y cuidar de nuestros hijos si no también para aprender a mimarnos y a cuidarnos a nosotras mismas

En este espacio encontraréis información sobre cómo cuidar vuestra piel en las distintas etapas de vuestra maternidad. Repasamos las alteraciones dermatológicas que más frecuentemente aparecen en la piel y el cabello durante el embarazo y el postparto, aportando consejos útiles sobre su cuidado que podréis incorporar en vuestro día a día. Hablamos de los tratamientos dermatológicos y estéticos más recomendados para cada alteración adaptados a cada momento de vuestra maternidad. 

Alteraciones dermatológicas en el embarazo

Me hace especial ilusión crear este punto de encuentro para compartir con todas vosotras no sólo mi conocimiento y experiencia profesional como dermatóloga sino también mis vivencias, de mamá a mamá, en este fascinante viaje de la maternidad. 

Cambios en el embarazo

Durante el embarazo ocurre una revolución hormonal por un aumento explosivo de progesterona y estrógenos, especialmente en el primer trimestre, que repercute de manera inevitable en la fisiología de la piel y por tanto en su estado y apariencia. Sin embargo, también hay que tener en cuenta la predisposición genética de cada mujer a padecer esos cambios en la piel durante el embarazo y otros factores no hormonales, como el fototipo de piel o la exposición solar en el tema del melasma o mancha hormonal, que por supuesto también van a condicionar su aparición.

De forma general, podemos hablar de tres grandes grupos de cambios en la piel que comúnmente suelen darse durante el embarazo.

Acné en el embarazo

El acné en la mujer embarazada es especialmente frecuente durante el primer trimestre aunque también pueden verse rebrotes hacia las ultimas semanas de la gestación.

Melasma en la mujer embarazada

Uno de los motivos de consulta más frecuentes en embarazadas es la aparición de rojeces faciales. Bajo este término tan general existen diversos trastornos de la piel que incluyen desde el diagnóstico de pequeños vasitos dilatados y arañas vasculares (telangiectasias), un enrojecimiento facial fugaz y transitorio ante distintos estímulos (flushing), enrojecimiento facial persistente generalmente en el mentón, la frente y las mejillas (cuperosis) y lesiones inflamatorias en forma de granos y quistes parecidos a los que aparecen en el acné (rosácea papulosa o quística).

Rosácea y rojeces faciales en el embarazo

Uno de los motivos de consulta más frecuentes en embarazadas es la aparición de rojeces faciales. Bajo este término tan general existen diversos trastornos de la piel que incluyen desde el diagnóstico de pequeños vasitos dilatados y arañas vasculares (telangiectasias), un enrojecimiento facial fugaz y transitorio ante distintos estímulos (flushing), enrojecimiento facial persistente generalmente en el mentón, la frente y las mejillas (cuperosis) y lesiones inflamatorias en forma de granos y quistes parecidos a los que aparecen en el acné (rosácea papulosa o quística).

Estrías gravídicas

El melasma, mancha hormonal, cloasma o paño es uno de los problemas de piel más frecuentes durante el embarazo. Muchos cosméticos y tratamientos que habitualmente utilizamos para mejorarlo en mujeres no gestantes no pueden ser utilizados durante los meses de embarazo.

Dermatitis en el embarazo

La dermatitis es un proceso inflamatorio de la piel que se manifiesta en forma de eccemas, es decir, placas rojas que pican y se descaman. Bajo el término “dermatitis” se engloban distintas enfermedades de la piel por lo que es preciso una valoración médica para orientar el diagnóstico.

Picor y urticaria en el embarazo

El picor de la piel es el síntoma cutáneo más frecuente en la mujer embarazada especialmente hacia el último trimestre. Puede aparecer de forma aislada (sin acompañarse de otras manifestaciones) o junto a una erupción cutánea de extensión variable.

Uso de cosméticos en el embarazo

Algo muy habitual cuando nos enteramos de que estamos embarazadas es suspender todas las cremas que nos veníamos aplicando por miedo a que puedan ser perjudiciales o puedan causar algún tipo de daño a nuestro bebé. Pero ¿es esto totalmente necesario? ¿Debemos cambiar radicalmente nuestra rutina de cuidado cosmético habitual cuando estamos embarazadas? Continúa leyendo… posiblemente te sorprenderá saber que puedes aplicarte muchas más cremas de las que pensabas sin riesgos para tu bebé.

Uso de cosméticos en el postparto

Para que un cosmético alcance la leche materna primero tiene que pasar al torrente sanguíneo de la madre y de ahí excretarse a leche materna. La mayoría de los cosméticos aplicados sobre la piel íntegra no llegan a alcanzar el torrente sanguíneo y si lo hacen es a concentraciones tan insignificantes que resulta improbable que lleguen a pasar a la leche materna. Por ello, la mayoría de los cosméticos de dermofarmacia que habitualmente utilizamos son perfectamente compatibles con la lactancia materna.

Es relativamente común encontrar cierta controversia e incluso opiniones contrarias respecto a la compatibilidad de ciertos ingredientes cosméticos con la lactancia materna. Esto se debe fundamentalmente a que la escasez de ensayos clínicos en madres lactantes impide avalar esta indicación en la ficha técnica del producto cosmético, a pesar de que la evidencia clínica disponible muestre seguridad. Por ello, ante la duda sobre la posible incompatibilidad de un cosmético con la lactancia materna lo adecuado es que consultéis.

Una herramienta estupenda para tener a mano y poder realizar una primera consulta general de compatibilidades durante la lactancia materna es la WEB E-LACTANCIA*. No obstante, cada caso concreto conviene confirmarlo con tu dermatólogo.

Caída de pelo posparto (efluvio posparto)

Es la caída de pelo mayor de lo habitual (> 100 cabellos diarios) que afecta con variable intensidad a más del 50% de las mujeres en el posparto. En general, se percibe a partir de los 2-3 meses tras el parto pero en mujeres que dan el pecho puede no aparecer hasta el destete.

A nivel estético es importante entender que ningún cuidado cosmético de peluquería está contraindicado durante la caída de cabello tras el parto. Así que… mis queridas mamis… ¡vía libre para cuidarse y verse bien en el posparto!

Cuidados del pecho lactante

Especialmente cuando la lactancia materna aún no está bien establecida o en aquello momentos de mayor demanda como son las “crisis de lactancia” (esos brotes de crecimiento en los que el bebé demanda más para asegurarse una mayor producción de leche), la piel del complejo areola pezón puede verse resentida al aparecer lesiones.

Estas lesiones pueden variar desde una leve irritación hasta grietas y heridas muy dolorosas que hagan tambalear el éxito de la lactancia materna.

Lesiones cutáneas en la areola-pezón durante la lactancia

Existen diversos tipos de lesiones en la piel de la areola y el pezón debidas a succión inadecuada por una incorrecta o inmadura técnica de enganche. Entre las más comunes se encuentran:

Perlas de leche traumáticas

Aparecen como pequeños puntos blancos o blanco-nacarados bien delimitados y dolorosos en el pezón. Se deben a obstrucción de un conducto glandular mamario y típicamente se inflaman cuando el bebé mama. Ocurren por tracción del pezón durante la toma. Habitualmente se resuelven espontáneamente pero puede llevar varias semanas por lo que se puede tratar en clínica pinchando suavemente la perla o en domicilio frotando suavemente la lesión tras reblandecer la zona en agua tibia durante unos minutos. En ambos casos, inmediatamente después, es recomendable poner al bebé al pecho para que se termine de deshacer.

Perlas de leche de origen infeccioso

Aparecen en el contexto de una mastitis (incipiente o mal curada) en forma de puntos blancos mal delimitados, amarillentos, bajo los cuales puede palparse un “bulto” o componente más profundo. Suelen ser más dolorosos que las perlas traumáticas y sentirse como pinchazos que irradian al tórax o a la espalda. Se trata de una obstrucción de leche complicada con una sobreinfección bacteriana y formación de biofilm, por lo que su tamaño no suele variar durante la toma. No se debe manipular en domicilio y requiere siempre valoración médica.

Ampollas superficiales

Aparecen como lesiones traslúcidas de color piel con contenido líquido trasparente. Son debidas a una succión superficial débil del pezón al mamar. Al ser muy superficiales suelen desaparecer al reblandecerse y abrir su contenido al exterior durante la propia toma. En este caso, es suficiente mantener las medidas básicas de higiene. Para evitar su reaparición, es fundamental favorecer un agarre profundo del pecho que englobe parte de la areola y no sólo el pezón.

Puntos rojo-negros

Aparecen como puntos o lesiones ligeramente alargadas rojo brillantes que con el paso de los días tornan a una coloración violeta-negruzca. Se deben a acúmulos superficiales de sangre por una succión impetuosa (“chupetón”). No suelen ser dolorosos y desaparecen por si solos en pocos días.